Dos años después de su última competencia, desde que ganó la Liga Diamante en Eugene 2023, y año y medio después de su lesión en el tendón de Aquiles de la pierna izquierda, el 10 de abril de 2024, la venezolana Yulimar Rojas, la reina del triple salto, volvió a recuperar la sonrisa en la ronda de clasificación de los Mundiales de atletismo de Tokio, la cual superó sin ningún contratiempo.
En su primer salto, con una marca de 14,49 metros, y superando la distancia automática de entrada en la final -14,35-, Yulimar cumplió por la vía rápida.
Como es su estilo, tras caer en el foso, miró hacia atrás, reconoció la marca, hizo un baile de alegría, se acercó a la grada para devolver el cariño y los aplausos prestados, entre ellos los de su entrenador, Iván Pedroso, y sonrió con alivio antes de ponerse el chándal para retirarse a los vestuarios.
«No me intimida el Mundial pese a llevar dos años sin competir. Es un bonito reto», dijo hace unos días, antes de viajar a Tokio, la venezolana, la indiscutible dominadora del triple salto en los dos últimos lustros con un palmarés que impresiona: campeona olímpica en Tokio, cuatro veces campeona del mundo al aire libre y tres bajo techo, ganadora de tres Ligas Diamante y unos Juegos Panamericanos.
Objetivo cumplido a la primera. Ahora a pensar en la final para reivindicar su trono como reina del triple salto. No será fácil porque las otras candidatas al podio, las cubanas Leyanis Pérez (14,66) y Liadagmis Povea (14,44), y la dominiquesa Thea Lafond (14,40) también lograron el pase a la final de forma rápida.
EFE
