VENEZUELA RECUERDA A MONS. SIXTO SOSA COMO MODELO DE SANTIDAD A 153 AÑOS DE SU NATALICIO

Fue el 20 de octubre de 1870 cuando el hogar de Francisco Sosa y Matilde Díaz, recibió la bendición de Dios con un nuevo hijo que llevaría por nombre Sixto Ramón Sosa Díaz, en Tinaco, estado Cojedes, quien se convertiría en uno de los prelados más destacados de la iglesia católica venezolana del siglo XIX y principios del siglo XX.

Hace 153 años vino al mundo quien iniciando su etapa juvenil recibió el llamado de Dios para convertirse en sacerdote, por lo que a sus 17 años (1887) ingresó al Seminario Josefino de Calabozo (hoy estado Guárico) del cual egresó el 21 de diciembre de 1894. De allí en adelante comenzó su apostolado sirviendo a Jesús, desde la iglesia y desde cada comunidad donde dejó sentir su mano caritativa atendiendo a los enfermos, a los que pasaban hambre, a los jóvenes motivándolos al estudio y al encuentro con Dios, a los necesitados de la Paz del Señor, a la formación de religiosas, a la promoción de las vocaciones sacerdotales.

Su afán por ser un buen hijo de Dios le llevó a desprenderse (por voluntad propia) de todo cuanto fuese beneficios materiales en lo personal para dedicarse a las obras espirituales para bien de las almas y al socorro de los más necesitados. Fue sacerdote en Altagracia de Orituco donde hizo una obra ejemplar desde su parroquia hasta brindar atención a los heridos de las guerras intestinas que asolaban al país en aquellos años (fin del siglo XIX e inicios del XX). Fue fundador de las Hermanas Carmelitas Venezolanas.

Fue designado Administrador apostólico de la Diócesis de Guaya en 1914 y luego fue su Obispo titular. En 1923 fue designado Primer Obispo de Cumaná donde organizó la iglesia y se hizo querer como un buen pastor, pero además por sus obras sociales, culturales, su impulso al progreso integral de aquella sociedad donde creó escuelas, hospitales, ancianatos, inició la construcción de la Catedral y muchas obras más.

Este tinaquero a quien Dios llamó a su presencia el 29 de mayo de 1943, dejó un ejemplo, un testimonio de santidad, amó la Eucaristía, estimuló al hombre de su época a vivir en presencia del Señor, se entregó al servicio social viendo en el necesitado el rostro de Cristo, por lo cual su nombre está postulado en la Congregación de la Causa de los Santos en el Vaticano, siendo actualmente Siervo de Dios.

Tinaco, Venezuela y el mundo recuerdan hoy a Sixto Sosa, un intercesor ante Dios para las mejores causas e intenciones que podamos tener en favor de la humanidad… Oremos al Padre Eterno por el avance de este proceso hacia su beatificación y contribuyamos a promover en nuestra comunidad la figura de este hombre quien dedicó su vida a sembrar los valores cristianos en los corazones de la gente y trabajó por el bienestar material y espiritual de sus semejantes.

Carlos Hernández 

Fuente: La Prensa de Cojedes

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